Análisis del color azul del otoño
Los mejores colores otoñales se dan en años en los que ha llovido mucho (para que los árboles no se estresen), con días cálidos y soleados y noches frescas. Otros factores, como las condiciones del suelo y la genética, también contribuyen a la ecuación del cambio de color.Todo el proceso es lento, y comienza cuando los días empiezan a acortarse a finales de junio. Este cambio en la cantidad de luz hace que la planta produzca fitocromo, la sustancia química que inicia el proceso de latencia.
Se produce una capa de células entre la rama del árbol y el tallo de la hoja. Esta capa se denomina capa de abscisión y bloquea el paso de agua y nutrientes (carbohidratos) hacia y desde la hoja. La producción de pigmento verde (clorofila) de la hoja, que es el pigmento predominante, comienza a disminuir.
Aquí es donde entra la genética. Algunos árboles también tienen la capacidad de formar otro pigmento conocido como antocianina, que da a las hojas un color rojo o púrpura. Para que las antocianinas se formen debe haber azúcar presente, por lo que cualquier condición climática que potencie la producción y acumulación de azúcares en la hoja ayuda a la intensidad del color rojo.
Profunda paleta de colores otoñales
Durante la primavera y el verano, en las hojas tiene lugar un proceso de elaboración de alimentos, dentro de las células que contienen el pigmento clorofila. Esto da a la hoja su color verde. La clorofila absorbe la energía de la luz solar y la utiliza para transformar el dióxido de carbono y el agua en hidratos de carbono, como azúcares y almidón.
En otoño, la disminución de la intensidad y duración de la luz solar, y las temperaturas más frías, hacen que las hojas detengan su proceso de elaboración de alimentos. La clorofila se descompone, el color verde desaparece y se hacen visibles los colores amarillentos u otros pigmentos que ya tenía la hoja.
El hexágono del color otoñal
Durante años, los científicos han trabajado para comprender los cambios que se producen en los árboles y arbustos durante el otoño. Aunque no conocemos todos los detalles, sabemos lo suficiente como para explicar los aspectos básicos que le ayudarán a disfrutar del despliegue multicolor de la naturaleza. Hay tres factores que influyen en el color de las hojas en otoño:
El calendario regula principalmente el momento de los cambios de color y la caída de las hojas, ya que las noches se alargan. Ninguna de las otras influencias ambientales -como la temperatura, las precipitaciones o el suministro de alimentos- es tan invariable como la duración cada vez mayor de la noche durante el otoño. A medida que los días se acortan y las noches se hacen más largas y frías, los procesos bioquímicos en la hoja comienzan a pintar el paisaje con la paleta otoñal de la naturaleza.
– Antocianina: Da color a cosas tan familiares como los arándanos, las manzanas rojas, las uvas concordia, los arándanos, las cerezas, las fresas y las ciruelas. Son solubles en agua y aparecen en el líquido acuoso de las células de las hojas.
Tanto la clorofila como los carotenoides están presentes en los cloroplastos de las células de las hojas durante toda la temporada de crecimiento. La mayoría de las antocianinas se producen en otoño, en respuesta a la luz brillante y al exceso de azúcares de la planta dentro de las células de la hoja.
Colores otoñales para la boda
El otoño es la estación del amarillo, el rojo y el naranja. Más que el verde verano y la florida primavera, el otoño es cuando las plantas imponen sus colores y dan a esta estación su singularidad. En este periodo las hojas pierden gradualmente el color que mantuvieron durante todo el año. Mientras los días se acortan y la temperatura desciende, adquieren una coloración más cálida, amarillo-anaranjada. Es precisamente el frío y la disminución de las horas de luz diarias lo que desencadena el proceso que lleva al cambio de colores de las hojas y, finalmente, a su caída.
El verde se debe a la clorofila, el pigmento encargado de captar la luz solar. La energía procedente del sol se utiliza posteriormente para la producción de azúcares, en un proceso conocido como fotosíntesis. La clorofila es esencial para la vida en este planeta, porque es una de las pocas moléculas existentes capaces de canalizar la energía hacia los sistemas biológicos. Sin embargo, es tan importante como frágil. De hecho, las plantas invierten una buena cantidad de energía en la sustitución de la clorofila dañada por moléculas de clorofila fresca para mantener la eficacia de la fotosíntesis. Durante el otoño, cuando faltan la luz y el calor, las plantas no tienen suficiente energía para invertir en la producción de clorofila. Por lo tanto, cuando su clorofila está dañada, no pueden sustituirla por otra fresca y las hojas pierden su verdor.